Muchos dicen que, sólo
verlo servido en la mesa en rodajas apetitosas sobre una fuente, basta para estimular
el paladar. Otra de sus virtudes es su alto contenido de potasio -superior al
del plátanos fruta-, capaz de restaurar la carga energética que nuestro cuerpo necesita
en esta temporada en que el sol castiga fuerte.
Asimismo posee una
reserva importante de vitaminas A, C, D, K, y aún la B, presente en menor
escala. A ello se une el magnesio, aliado eficaz del buen funcionamiento del
sistema nervioso e inmunológico. Rico en fibra, regula, a la par, los niveles
de azúcar en la sangre.
Su semilla posee
cualidades nutrientes. Una vez extraída y retirada la delicada piel que la recubre,
basta rallarla y polvorear la ralladura en guisos y ensaladas. O poner una
cucharada en un vaso con agua hirviente, dejarla reposar y, una vez tibia,
consumirla a modo de infusión
Es un aliado ideal
como mascarilla para la piel y el cabello. En este caso, proceder de la
siguiente manera:
-Reducir a pasta
una porción de su masa y aplicarla sobre el rostro y el cuello durante 30
minutos o dos horas. Enjuagar con abundante agua. Ayuda a prevenir arrugas y
manchas.
-Aplicar esa misma
pasta a las puntas resecas del cabello, extenderla luego por toda tu cabellera
y dejarla 30 minutos o toda la noche, de ser posible. Enjuagar tu cabello
después y lavarlo en la forma acostumbrada. Te admirará su volumen y brillo,
sin sombra de frizz. Podrás dejarlo flamear al aire.
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