domingo, 21 de mayo de 2017

Boniatillo cubano



Los postres tienen  siempre asegurado un sitio de honor en el menú de los cubanos, a modo de broche de oro que cierra las comidas  dejando una sonrisa en los labios y un regusto de júbilo, un alborozo perdurable en el paladar.
En los días entre semana puede bastar una tableta de maní adquirida en los puestos ambulantes que menudean en las calles habaneras o también en la variante de porciones individuales repartidas entre los comensales para poner punto final  al almuerzo o la cena.
Pero los fines de semana son diferentes porque hay más tiempo para que las amas de casa, e inclusive alguna que otra vez sus cónyuges con habilidades culinarias, preparen uno de esos platillos tradicionales, de larga herencia, legados por las abuelas y disfrutados de una generación a otra con el mismo placer y gusto que sus antepasados.
En esa herencia preciada figuran el arroz con leche polvoreado con canela, el dulce de toronjas, el flan de calabaza, los cascos de guayaba o toronja, el turrón de leche y la harina  con dulce  -a menudo paladeados con gusto por los turistas como un grato descubrimiento-  o el boniatillo, uno de los más preciados y apetitosos, cuya receta ponemos a tu disposición:
Boniatillo borracho (una de sus variantes)
-Ingredientes: 2 libras de boniato, 2 libras de azúcar, dos tazas de agua, un cuarto de cucharadita de sal; 2 yemas de huevo; 1 cucharada de  mantequilla; media taza de vino dulce o licor y dos cucharadas del ron cálido de la isla.
-Sancochar  los boniatos y, cuando estén casi blandos, preparar aparte un almíbar con el azúcar, el agua, la cáscara de limón y unas gotas de su jugo; ponerla al fuego unos cinco minutos, sin revolverla mientras se mantenga en la hornilla.
-Reducir a puré los boniatos cocidos, aun calientes, y verter sobre ellos el almíbar, la sal y las yemas de huevo. Poner esa mezcla al fuego revolviéndola esta vez hasta que espese, y luego bajarla de la hornilla. Añadirle la mantequilla. Una vez derretida ésta,  añadirle el vino dulce y el ron y polvorearla, si gusta, con canela.
-Después de enfriado el dulce, vaciar las porciones en pozuelos individuales, en una proporción de ocho raciones. Y a disfrutar.
El cultivo del boniato, pariente cercano del camote brasileño, era ya conocido en la Mesoamérica precolombina, según los historiadores. Lo mismo puede servirse como postre que  como vianda, en los almuerzos y comidas cotidianos; fritos en finas lascas o en tajadas más anchas, de un dorado fragante, apetitosas, crocantes.
Para redondear, es conocido, también, por sus probadas propiedades anticancerígenas,  sobre todo en el caso de las mujeres (útero y mamas), según recientes investigaciones realizadas en las postrimerías del  aún cercano siglo XX.

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