Llegada a la isla desde zonas tropicales de Centro o
Suramérica, la guanábana es uno de las frutos más gratos al paladar cubano por
la pulpa aterciopelada que recubre sus
semillas, con la cual, además de degustarla, se prepara una bebida deliciosa: la
champola.
Refrescante sobre todo en los meses de calor asfixiante de la isla, la
receta es sencilla: dos tazas de pulpa y dos tazas de leche batidas en una
licuadora, pero también puedes verter los ingredientes en un pomo y, una vez
cerrado, agitarlo con fuerza hasta que la mezcla se diluye.
Según quienes han rastreado las potencialidades de
la guanábana o gaviola -cuyo nombre científico es Annona muricata-, esta se
distingue por sus grandes propiedades medicinales. En primer lugar, las
anticancerígenas, lo cual fue reconocido en 1976 por el Instituto Nacional del
Cáncer de Estados Unidos, tras un estudio.
Se comprobó que sus hojas y tallo poseían un compuesto: las acetogeninas anonáceas, diez
mil veces más eficaz que la quimioterapia. También que eran más efectiva
en el cáncer de colon, próstata,
páncreas y pulmón.
Para curar estas enfermedades, la guanábana resulta eficaz, lo mismo si
se consume como fruta que en un te preparado con sus hojas. En este último
caso, los pasos a sguir son estos.
Ingredientes: 1 litro de agua y 15 hojas de
guanábana.
Instrucciones: Poner en agua caliente las hojas,
frescas o secas y un pedazo del tallo cortado en trozos pequeños y dejarlos
hervir, a fuego mediano, hasta que el agua se reduzca a la mitad. Filtrar las
hojas y esperar que el té se enfríe. Beber una taza tres veces al día. No
ingerir alimento alguno 50 minutos antes o después. Puede endulzarse con miel.
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