De nuevo, como cada verano,
una gigantesca tropa de artesanos y juglares monta su singular bazar en el
corazón mismo del Vedado habanero: se trata de Arte en La Rampa, con más de 15
años afianzada como una de las principales ferias culturales de Cuba, con
cabida para las más disímiles y autóctonas manifestaciones culturales.
La explanada central del
Pabellón Cuba se divide por estos días en cubículos que son verdaderos
reservorios de tradición: desde los nuevos emprendedores hasta familias con
varias generaciones dedicadas a uno u otro oficio artesanal, esta cita alberga
en total 120 stands donde el visitante puede encontrar objetos prácticos o
decorativos.
Ya desde el mediodía la
gente se arremolina para entrar al Pabellón Cuba, ya sea para comprar o
simplemente para pasear, y no falta quien lo asume como una visita a un museo
de asombros, donde mirar es, quizás, lo único gratis.
Antes de entrar al área de
expositores, el visitante recorre una serie de pasarelas con otro tipo de
productos culturales: películas cubanas, fotografías, carteles, peñas de trova,
espacios de diálogo y entrevistas, algún buen café, tomado desde una terraza
con vista a la vorágine imperante en los stands, siempre repletos, siempre
ruidosos.
Es que Arte en La Rampa se
caracteriza por su variedad, algo que no abunda en la red minoristas de
tiendas, y los cubanos aprovechan para hacerse de productos cubanos, diferentes
y de calidad. La mayoría de los expositores son miembros del Fondo Cubano de
Bienes Culturales, tesoreros de la rica tradición artesanal de la isla.
Dicen los veteranos que a
este bazar hay que entrarle con paciencia, explorarlo bien y fijar precios y
ofertas, para hacer una inversión adecuada. Hay quien prefiere deambular por
los stands, indeciso si comprar aquí o allá, sacando cuentas y estirando
presupuestos para tratar de llevar lo más posible, o al menos aquello que lo
encandiló.
También hay otro tipo de
público, al que le importa poco qué se vende ahí. Se trata de esa farándula
interesada en los conciertos y espacios dedicados a personalidades de la
cultura, para acercarse a artistas que a veces parecen inalcanzables y aquí
están dispuestos a dialogar, responder una pregunta, tomarse una foto, y
compartir su talento.